AHN, Informe de Souves sobre las cofradías y hermandades de la provincia de Toledo. |
Hacia la segunda mitad del siglo XVIII la corona fue consciente de la imposibilidad de mantener las hermandades y cofradías que se habían constituido a lo largo de los siglos XVII y XVIII, unas cofradías y hermandades que al igual que los monasterios de los pueblos carecían en muchas ocasiones de las fuentes de financiación que las hicieran eficaces para llevar a cabo su función originaria. Ante este escenario, se dieron directrices para unificar cofradías y hermandades con el fin de garantizar la supervivencia de éstas como se observa en el informe elaborado por Alberto de Suelves para la Provincia de Toledo en 1773.
Si bien es cierto que a mediados del siglo XVIII empezamos a tener los primeros textos como Fray Gerundio de Campazas, alias zote e incluso periódicos que se pueden denominar anticlericales, la influencia de estos fue mínima, la reforma de la Iglesia en este periodo vino siempre desde arriba con un objetivo claro: el clero debía ser el altavoz del rey en cada rincón de sus dominios. Para ello, Monarquía e Iglesia intentaron mejorar la formación académica del clero y su integridad moral, pero no fue nada fácil, más en los pueblos pobres y con menores rentas donde la confusión de clero y pueblo fue casi total, ejemplos de clérigos y religiosos alejados de la moral los los encontramos en nuestra comarca, frailes y sacerdotes que viven con mujeres, en Herencia, jóvenes capellanes que caen en la tentación de la carne, como sucedió en Miguel Esteban, etc. No obstante, la crítica culta y bien intencionada al estado eclesiástico que provino de las élites y que sugería releer a los místicos como Santa Teresa fue acompañada de una crítica popular más grosera pero justificada ante el comportamiento de algunos religiosos, muchos de ellos frailes que solían llegar a los pueblos para ayudar a dar misas y confesiones en época de fiestas, estos excesos preocuparon a la jerarquía religiosa y a la laica por la mala influencia y ejemplo que daban al pueblo llano, de ahí que en eldocumento sobre Puebla de Almoradiel se lea:
“Que a asistido a bailes y músicas de noche acompañando a la expresada María de Loares y bailando con ella y acompañando ala altas horas y a todas partes costeándoles los vestidos y ropas que usa, impropias aun clase y esfera, teniedo muchas quimeras y sazones con la madrasta de la repetidora María por aver reprendido a esta sus escesos y a ver querido evitar una amistad tan perjudicial y escandalosa aumentandose con entrar en su causa diariamente y especialmente por la mañana hasta las siete y ocho de ella y después irse a la iglesia de decir misa con publica y norioria y extrañeza aun de las gentes más sencillas”.
A pesar de las diferencias de los casos, hay un hilo común en las resoluciones de los casos, la benevolencia con la que el clero castiga a sus discípulos, cuyas penas consisten en reponer económicamente lo sustraído o daños ocasionados, devolver las rentas de capellanías cobradas o un destierro temporal del pueblo.
La Puebla de Almoradiel.
Año de 1804, año duro en La Mancha, las lluvias han ocasionado epidemias de origen palustre que están diezmando la población de forma alarmante, llegando en los tres años de epidemia a perderse entre un 20 y un 25 % de población en la comarca de Quintanar de la Orden.
En este contexto un presbítero llamado Juan Busto, oriundo de Puebla de Almoradiel “tiene al vecindario en lo más doloroso y sensible con grave nota y escándalo” ante la amistad no recomendable con la hija de Tomás el zapatero, una amistad que consistía en salir hasta altas horas a bailar, salir de la casa de dicha vecina e ir a misa ante el asombro del pueblo y la extrañeza de la gente más sencilla y regalarle ropas que difícilmente podía comprar este presbítero. Una situación que como se menciona en el expediente se había repetido en su época en Villacañas, pueblo del que había salido de forma precipitada ante la furia del vicario alcazareño.
Acusado de vender con un beneficio excesivo el cereal en época de crisis (1), acusado de no pagar a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud lo recaudado en su nombre, se presupuso que de ahí salía el dinero para las ropas que regalaba a su supuesta querida.
El proceso se llevó desde Uclés, durante ocho días estuvo yendo y viniendo sin saber la causa de su llamamiento, escribiendo una carta donde solicitaba ir cuando hubiese sido informado de su causa y no tener así perjuicios en sus negocios.
Una vez fue informado de las acusaciones negó ser él el vendedor de centeno, lo hizo su padre, en cuanto al dinero que faltaba reconoció que no lo había entregado, pero que era por falta de cobrar él lo que algunos debían y en cuanto a la acusación mayor, dijo que María Loares era amiga de la infancia, se habían criado juntos y era como de la familia.
En la súplica de inocencia que realizó intentó velar por el honor familiar, pues lo que más dijo temer hubiese sido la reacción que tendrían sus ancianos padres ante estas acusaciones.
La súplica fue desantendida, se le condenó a realizar 15 días de ejercicios epirituales en el convento de capuchinos de Villanueva de Alcardete, algo que nunca llevó bien, condicionada esta estancia a mostrar verdadero arrepentimiento si quería volver a participar en la liturgia de la misa. Por otro lado se le pidió que devolviera o pagara las deudas con la Hermandad del Santísimo Cristo de la Salud de Puebla de Almoradiel. Lejos quedaron las palabras del expediente cuando se decía que el vicario de Alcázar de San Juan quiso meterlo preso por los excesos acontecidos en Villacañas ( pueblo pertenciente a la Orden de San Juan).
Fue difícil llevar la reforma moral del clero, un clero excesivo en el siglo XVIII con multitud de capellanes, presbíteros,... que no sentían una verdadera vocación religiosa pero cuyo cargo le aportaban unas rentas gracias a las misas y propiedades de las capellanías que le permitían vivir de forma austera pero sin necesidades en una época dura donde el trabajo en el campo, construcción y poco más solamente daban para sobrevivir a causa de la excesiva inflacción de la época y del estancamiento de los sueldos.
(1) Todos los pueblos de la actual provincia de Toledo experimentaron un incremento desmesurado en estos años de calamidades. (Ruiz Pérez.M, 1999)
Fuentes:
- AHN_OOMM_AHT.65.634.
- AHN_Consejos. 7098 exp 26.
Bibliografía:
- La Parra López, Emilio y Suárez Cortina (Eds). El anticlericalismo en la España contemporánea, para comprender la laicización de la sociedad. Biblioteca Nueva, 2ª Edicción, 1999 Madrid.
- Ruiz Perez, Mariano. Revueltas sociales, hambre y epidemia en Toledo y su provincia : la crisis de subsistencias de 1802-1805. Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos Diputación Provincial de Toledo, Toledo 1999.
- Torres Encinas, Vicente (pág 96-113) Los mercedarios herencianos en el Campo de San Juan en el reinado de Carlos III. En III Jornadas de Historia de Herencia, 2018. edit Ayuntamiento de Herencia.
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