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domingo, 9 de mayo de 2021

Algunos pleitos entre pueblos. ( Miguel Esteban vs El Toboso 1555 a 1565)

   


El Toboso, una villa que hasta 1600 tenía tantos habitantes como Alcázar de San Juan, se vio envuelto en multitud de pleitos con los pueblos vecinos por cuestión de límites, ganados e incluso leña.

   El caso que nos ocupa en este artículo data de 1555 y se extiende hasta 1565. 

   En Junio de 1555 el alcalde de Miguel Esteban junto a dos de sus regidores y a Juan Morales deciden ir al Cerro Gordo, límite entre ambas villas, una vez situados en el camino que llaman Los Parrales, armados con espadas, comienzan a reclamar el pago de tributos a los toboseños que llevan el grano de su cosecha a moler en los molinos de Puebla de Almoradiel.

   Alarmados los toboseños denuncian a los migueletes ante el Gobernador de Ocaña, Francisco Serrano alegando derechos históricos sobre el tránsito del camino y el apoyo de los pueblos que componen la Mesa Maestral que certifican que el Cerro Gordo son tierras de la Mesa Maestral y no de Miguel Esteban.

 Miguel Esteban alegará que desde siempre, El Toboso ha cobrado a cualquier carro que hubiese pasado del Cerro Gordo hacia su pueblo  y que cobrando en el Cerro ya no tienen que pagar  el impuesto en Miguel Esteban.

  Ante esta respuesta El Toboso alega algo muy importante para la historia de nuestros pueblos, El Toboso tiene privilegio desde tiempos de Fernando el Santo, para transitar por este camino que es de tiempo antiquísimo y de PIEDRA en vez de polvo y cerámica. Este camino es el tramo que discurre del Camino Real descrito por Villuga que va de Toledo a Murcia y de Toledo a Valencia. Luego no sería de extrañar que fuera un camino de época romana (los caminos romanos son de piedra cubiertos de tierra, pero no de losas, algo que ha confundido a muchas personas) pues estos fueron reutilizados en época medieval.

JUAN VILLUGA 1543.

   En 1555 la justicia apoyaría las demandas de El Toboso, pero en 1565 la resolución será distinta, cuya sentencia dice: 

   Fallamos que el Alcalde Mayor de la villa e Ocaña, Francisco Serrano que de este pleito conoció de forma definitiva que en el se dio y pronunció, de que por parte de los concejos de Miguel Esteban fue enterado, juzgo y pronuncio, bien por ende debemos confirmar y confirmamos la dicha sentencia de los alcalde Mayor al cual mandamos que se aplique y execute como en ella se contiene... Condeno a Francisco de Villaseñor y Miguel Sánchez de Morales y Pedro Álvarez en destirerro de la villa de Miguel Esteban por tiempo de medio año y en cuanto condeno a Diego Juarez en el dicho destierro y en otras penas contenidas en la dicha sentencia que en cuanto a lo suso dicho la debemos REBOCAR Y RECOBAMOS, y las demás por ningún valor y efecto absolvemos y damos por libres y Quito  a los dichos Francisco de Villaseñor Miguel Sánchez y Pedro Álvarez  del dicho destierro y al dicho Diego de Juárez del dicho destierro y penas, y no hacemos  condenación a costas contra ninguna de las partes y por esta nuestra sentencia definitiva y juzgando así lo pronunciamos y mandamos para el estado en el destierro.  ( El Destierro era a Quintanar de la Orden)

  Al final, se decidió dar libertad a los vecinos de las villas para usar libremente los caminos del priorato de Uclés por considerarlo nefasto para los vecinos y las villas. ( No hay que olvidar que en 1531 se aprueba una carta acordada para la libre circulación de grano por el reino de Castilla).

   Hay que tener en cuenta algunos datos para entender mejor este documento, el primero es la falta de molinos en El Toboso, se tiene constancia de un molino en 1480 en El Toboso, destruido, tal vez efecto de las guerras entre Isabel de Castilla y su sobrina Juana "La Beltraneja". Pero lo más normal es que fuera un molino de sangre, de ahí, que al igual que la villa de Miguel Esteban llevaron los granos para moler a los molinos del Cigüela en Puebla de Almoradiel.

   En el pleito, el toboseño que denuncia lo sucedido alega ser hombre de bien, ( los hidalgos no eran bien vistos en El Toboso)es decir, no era hidalgo pero tenía "posibles". Miguel Esteban es el pueblo con mayor porcentaje de hidalgos de La Mancha. Estaba en plena expansión demográfica, hasta 1520 tenía menos de 100 habitantes y para 1555 ya son cerca de 400 habitantes, construyen el pósito, el ayuntamiento, se suben las multas para aquellos que roben leña, tendrán Santa Hermandad que vigiló los caminos aplicando duras penas,... es decir, los hidalgos intentarán por todos medios cobrar todos aquellos impuestos que puedan para no perder su condición de hidalgo al estarles prohibido el trabajo manual. Llegaron a comprar cargos de regidores perpetuos, representantes del comendador, etc. (En la realidad, en los pueblos pequeños y con un porcentaje alto de hidalgos,  muchos  trabajaban como si fueran labriegos. Een Quero esta cuestión está muy clara y bien descrita en las relaciones de Felipe II).

  Hay que contextualizar la fecha, 1555 es el fin de las guerras contra los luteranos en Alemania, el rey de las  Españas estaba a punto de entrar en bancarrota, la

inflación monetaria está al orden del día y las encomiendas están siendo otorgadas por los reyes a aquellos capitanes que han luchado en su favor en Europa. Los nuevos comendadores no dudarán en exigir el cumplimiento íntegro de los beneficios y privilegios por nimios que sean (se llega a solicitar del diezmo de una higuera solitaria), de ahí que se busquen nuevas fuentes de financiación y se intente evitar el impago de algunas obligaciones. El comendador de Mirabel ( encomienda dentro de Miguel Esteban) de ahí que se busquen nuevas fuentes de financiación y se intente evitar el impago de algunas obligaciones. El comendador de Mirabel ( Miguel Esteban) tenía derecho de portazgo sobre todos los carros y mercancías que pasen por la villa, un real por carro que circule por la villa, dos reales para aquellos que comercien en la villa. Al estar estos hidalgos a las órdenes  y sueldo de muchos de los comendadores,  intentaron evitar el impago de sus derechos, Por ello, en vez de cobrar el pago del portazgo dentro de la villa, lo hagan al comienzo del camino.   Con esta medida los regidores  migueletes consiguen evitar que los comerciantes, en este caso los agricultores y propietarios, puedan evitar pagar el portazgo. Al cobrarlo cuando empieza el camino evitaban con ello que se rodeara el pueblo atajando por algún carril en dirección a Villacañas, Puebla, etc...

   Vicente Torres Encinas.

 




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