Este año me había comprometido con la concejal de cultura de Miguel Esteban a terminar un pequeño trabajo sobre los 200 años de cervantinismo en Miguel Esteban, pero no ha sido posible, afortunadamente gracias a nuevos trabajos. Sin embargo, ponemos un poquito por ser el día 23 de abril.
1913. |
Tras la Guerra de la Independencia, encontramos varios documentos sobre Villanueva de Alcardete y Quintanar de la Orden que solicitan que los arrieros y traginantes puedan portar armas para defenderse de los salteadores ( 92 armas con canana y balas solicita Quintanar) y Villanueva solicita poder organizar partidas de voluntarios junto a otros pueblos para hacer frente a los bandoleros.
La figura del bandolero en ocasiones es aclamada por el pueblo, en otros pueblos queda su nombre como apodo, será el caso el apodo Castrolas en La Mancha. En pueblos cercanos, Villa de Don Fadrique, en el seno de su iglesia al parecer se encuentra la tumba del bandolero Juan Romero como relata Antonio Mendoza en sus guías y charlas. ( Dato proporcionado por Juan Alcañiz). Independientemente de como fuera percibido por los lugareños, la verdad es que su presencia marcó la forma de viajar por La Mancha.
Gracias a la celebración del III centenario de la publicación de El Quijote, tenemos representados en pequeñas obras a arrieros migueletes, como sucede con Eugenio Noel o los tenemos retratados en las pinturas de Sorolla e incluso hace unos años han salido fotografías de arrieros migueletes del siglo XIX. Por tanto, estas historias que contamos de otros pueblos cercanos, nos sirven para entender lo que sucedía también en Miguel Esteban. Así pues el viaje de los primeros cervantístas era algo distinto a lo que nos imaginábamos. Se puede leer sobre La Mancha en Cuentos de la Alambra:
"De este modo, el país, los habitantes y las mismas costumbres del pueblo participan en algo del carácter árabe. La general inseguridad de esta región está demostrada con el universal uso de las armas: el pastor en la campiña y el zagal en el llano tienen su escopeta y su navaja, y el opulento aldeano rara vez se aventura a ir a la feria real sin su trabuco, y acaso también acompañado de un criado a pie con su arma de fuego al hombro; y, en general, no se emprende la más pequeña caminata sin todos los preparativos de una empresa guerrera".
"Los peligros del camino dan también lugar a un modo especial de viajar, parecido, aunque en pequeña escala, a las caravanas del Oriente. Los arrieros se reúnen y emprenden juntos la caminata en largo y bien armado convoy y en ciertos y determinados días; y, a la vez, algún que otro viajero aumenta el número y contribuye a la general defensa. En este primitivo modo de viajar está el comercio del país".
Casi cien años después, cuando Azorín realice su ruta por La Mancha, el director del periódico Imparcial le ofrece un arma y le dice:
«No lo extrañe usted, no sabemos lo que puede pasar. Va usted a viajar solo por campos y montañas. Y ahí tiene usted ese chisme, por lo que pueda tronar».
Azorín 1905 La Ruta de don Quijote.
Es evidente que El Quijote y El Toboso estuvo en el ánimo de muchos escritores, científicos y extranjeros que se desviaban del camino que une Quintanar de la Orden a Mota del Cuervo para ver El Toboso a lo largo del XVIII y XIX
“ (...)Don Quijote ocupó mis pensamientos, durante toda la pasada noche, de modo que al llegar a la provincia de La Mancha, al pueblo de Ocaña me dirigí con entusiasmo hacia Quintanar, como lugar de nacimiento del caballero (...).” Edwardr H.L.
De la colección Gigantes de Arsenia Tenorio |
Vicente Torres Encinas.
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