Vistas de página en total

domingo, 21 de noviembre de 2021

El principio del final de las fábricas de pólvora de La Mancha.

 

Fábrica de Pólvora de Ruidera,
Fuente Biblioteca Nacional.

 Dos trabajos se han presentado sobre el tema dela pólvora en menos de dos años en nuestra tierra o país, como dirían los hombres del XVIII y principios del XIX. Por un lado, las Teselas 82 y 83 de Pablo Pichaco que se pueden descargar de la WEB del Patronato de Cultura de Alcázar de San Juan y por otro, el trabajo editado por el INSTITUTO DE ESTUDIOS MANCHEGOS cuyo autor es Bernardo Sevillano, el libro describe el origen y la importancia de la fábrica de de pólvora de Ruidera y su entorno. Gracias a estos trabajos poco a poco vamos comprendiendo como sobrevivían nuestros antepasados y construyendo una radiografía algo distinta de la hasta ahora teníamos en nuestra imaginación, muchos se sorprenderán y nos sorprendemos las industrias de Ocaña en el siglo XVI, de cuero, de velas, tintes, jabones... en Herencia los barrilleros y jaboneros también tendrán su importancia ya que en 1762 hay registrados tres para pasar al final de siglo a 8, pero la industria más exitosa además de la harinera será la relacionada con la pólvora y el salitre, que en esta parte de La Mancha mantendrá a más de 130 personas dedicadas a su extracción y elaboración de forma directa e indirecta. Una industria muy importante, como afirma Porfirio Sanz en su libro los Ecos de la Invencible por la necesidad de pólvora para la Armada en el mar y el uso de armas de fuego por los ejércitos modernos en tierra. Tal era la importancia que los ingleses no dudaron en llegar a acuerdos con lo que hoy es (con todas sus diferencias entiéndase) Marruecos a pesar de las diferencias religiosas, tan importantes en el siglo XVI, diferencias que no fueron obstáculo para abastecerse de salitre, escaso en Inglaterra,  un salitre que ellos luego convertirían en pólvora. 

      Que fuera el salitre importante para la corona no significa que siempre estuviese bien gestionada su elaboración y distribución, encontraremos ejemplos de toda índole a lo largo de tres siglos, hoy nos centraremos en un periodo muy concreto, el principio de la Guerra de Independencia.


   Breve contextualización de las fábricas de La Mancha.

     Encontramos en las visitaciones de Uclés documentos que nos hablan de morteros para hacer pólvora en 1468 en castillos como el de Alarcón, lo suficiente para las 20 o 25 armas de fuego del arsenal del castillo. Es en el Siglo XVI cuando encontramos en Tembleque la primera fábrica de pólvora documentada en La Mancha, 1509, cuyos técnicos enseñarán el oficio a otros salitreros de pueblos como Pedernoso, ( también con fábrica)  Alcázar, Quero," Piédrola", Herencia, Corral de Almaguer,... sin embargo, la construcción en Alcázar de San Juan de otra fábrica (1518)  y las continuas quejas sobre la gestión y mal pago que se hacía desde Tembleque irá poco a poco desplazando hacia Alcázar de San Juan el mayor peso de la industria y gestión.  Tampoco Alcázar se librará de malas gestiones, lo que desplazará hacia Quero ( donde también hay gestiones raras) cierto peso en el almacenaje de salitres en 1761 para evitar los hurtos y reventas que se estaban produciendo. 

  Al llegar al siglo XIX, encontramos dos tipos de salitreros, los que trabajan en los molinos (hidráulicos) de salitre y pólvora y los salitreros particulares, los cuales a su vez se dividen en dos; los salitreros que tienen sus salitrerías en sus casas y que tienen desde mediados del XVII los mismos privilegios que los militares del cuerpo de artillería y los que trabajan para las fábricas del rey dedicadas a título particular y que suelen ser viudas, huerfanos, etc. 

   Las producciones en La Mancha siempre estarán por debajo de lo que se esperaba de ellas, los motivos han sido variados a lo largo de los siglos, pero el principal ha sido la gestión y mercado negro de este material, solamente a finales del XVIII y principios del XIX se hablará de cambios de técnicas y mejoras químicas para desarrollar una mayor eficiencia.

  LAS FÁBRICAS DE LA MANCHA.

     Las facilidades que tuvieron las tropas francesas de recorrer España en su " Camino a Portugal" toparon con la resistencia del pueblo español, no de la realeza que felicitaría a Napoleón por sus victorias en la península. De todas las juntas que se formarían para enfrentarse a las tropas invasoras, será la de Sevilla la que organice la resistencia y compra de armamentos a Inglaterra al ser la junta con más posibles en aquellos años. No estuvo exenta de problemas esta junta, e incluso de amenazas de enfrentamientos militares con otras juntas, pero al final primó la necesidad de crear un ejercito y darle formación militar a los nuevos reclutas así como de la compra de armas a Inglaterra. La mayor parte del presupuesto se iría aquí, siendo muy difícil poder hacer inversiones en otros menesteres. En necesario entender esto para comprender la desesperación de nuestro protagonista en agosto de 1808:

  " Como presidente de esta suprema Junta de la provincia de La Mancha (solía reunirse en Elche de la Sierra y zonas agrestes para escapar mejor de los franceses) administrador que era de esta Real Fábrica de salitres, de pólvoras de Alcázar de San Juan y demás subalternas de la provincia,( Tembleque, Ruidera y Pedernoso) con el debido respeto hace presente el haber hecho todas las gestiones oportunas para adquirir los caudales necesarios a las asignaciones que por la real orden del ocho de diciembre del último dota a los establecimientos (...) e para proporcionar el mejor de las referidas dotaciones que seguramente tenía que hacer descubrí los antiguos (...)"

    La carta es muy interesante, de ella se extraen varios elementos: 

  La situación económica es deficiente, se está pagando con los remanentes de otros años lo que llevará a una crisis social con los salitreros " (...)pues además de estar malcomidos se les figura que trabajan de balde lo que da motivo a la insubordinación y ningún esmero en cuanto a sus respectivas obligaciones y sucediendo lo mismo con los leñadores ( para extraer el salitre se tiene que cocer en grandes calderas) cuyos males son incalculables (la leña era escasa además las tropas francesas "carboneaban" montes enteros para conseguir leña para sus tropas como ocurrió con la zona arbolada que había entre El Toboso, Campo de Criptana, Pedro Muñoz y Miguel Esteban), por la misma razón las mujeres que se dedican a labrar el salitre, y que suelen entregar 3000 arrobas al año a precio de cuarenta reales por cada una (las salitrerías particulares lo hacían a 50 según el documento) para continuar con sus labores se han vendido mayor parte a los salitreros  obligados a que entregándolas en las fábricas  ejerzan muchísimo en muy contadas y adquisición del premio de 6 o 7 reales a cada una de las arrobas que superen en su obligación".   Como vemos, esta parte de la carta nos relata dos temas muy importantes: el primero la importancia de la mujer en trabajos temporales, algo que vemos muy habitual  en los artículos de este blog, siempre trabajando en oficios como las presas en ríos, labores del campo, salitreras, bodegueras... y cobrando siempre menos que los varones. El segundo punto que vemos serían una serie de personajes muy curiosos que especulan en tiempos de crisis (y que no ha cambiado hoy día) estos personajes ( hijos predilectos sus descendientes) especularon también en los pueblos que vendieron tierras en 1811 para pagar a las tropas sus obligaciones. 

   Ante la falta de caudales de la fábrica el administrador paga un 20 % del valor del trabajo con referencia al año anterior, las salitreras se ven obligadas por la necesidad (suelen ser viudas y con hijos) vender a estos "HIDALGOS" de manera ilegal su trabajo, pues pagan algo más que la esquilmada Fábrica Real, estos hidalgos y hombres de bien que tienen reservas económicas almacenan en sus salitrerías el composto para luego revender a la administración a precio mayor cuando lleguen las lluvias  y sea imposible conseguir salitre. Este tema se demostró muy bien en 1771 cuando se realizó una inspección en Alcázar de San Juan que demostró los fallos de gestión y el comercio negro e ilegal del salitre por parte de familias muy poderosas, no solamente en Alcázar, también en el Priorato de San Juan. Tal fue la inspección que el inspector temió por su vida (no hay que olvidar que el ser salitrero también eximía de ir a la guerra o alojar a soldados, de ahí que muchos tuvieran salitrerías pero no las tengan en óptimo estado).

     La falta de reparación en los techos de las fábricas, las condiciones de las personas que están trabajando en estas fábricas, el mejor precio del salitre en las salitrerías particulares y su reventa a precios muy caros a la fábrica real, consiguieron  que se cesara el trabajo de fabricación de pólvora hasta que llegasen los recursos económicos necesarios y de forma urgente.

  "(...) den el tiempo más oportuno para la exportación de salitres  y adquiriendo algunas en este estado, se ha interrumpido o será en todo padeciendo cada vez más (...) vendrá el tiempo de los barros y no los habrá por falta de inundación al mismo tiempo que se están debilitando con las aguas temporales e intemperies del invierno las tierras apiladas en la recolección (...)"

   La carta se envía al Duque del Infantado que forma por ser en encargado de los problemas de la artillería en Madrid,  recordando en el escrito el objetivo y la importancia de las fábricas de La Mancha.

  "(...) y de seguir sin labores en los términos que exigen las actuales circunstancias pero que dolor a esta nación defendiendo la justa causa de nuestro amado y legítimo rey el señor Don Fernando séptimo para restaurarle en el trono, y ver en la mayor decadencia del ama de la guerra que sin dificultades lo son las fábricas  de salitre y pólvora, pues sin ellas de poco sirven las fuerzas ni armas (...)

    La solución que se da, es el envío de dinero desde las tesorerías de los partidos de Almagro, Infantes y Ciudad Real. Sin embargo es insuficiente por lo que llega a tachar de ineptos a los responsables de la Junta de Ciudad Real, y solicitará a instancias superiores que les autorice el dinero del diezmo de iglesias y santuarios , pósitos, encomiendas y sobre todo al Campo de San Juan que está más cercano.

    

https://ruideratreasures.es/fabrica-de-polvora-de-ruidera/

     
   La respuesta nunca llegaría ( o por lo menos no hemos encontrado el documento), pero tras acabar la guerra, en 1822 las fábricas de salitre para pólvora se trasladan y centralizan en Murcia dejando las de La Mancha destinadas a otros menesteres y condenadas al derrumbe.


 Para saber más sobre Ruidera y su fábrica:https://ruideratreasures.es y el libro de Bernardo Sevillano.

 Para saber más sobre Alcázar de San Juan y su fábrica  https://www.patronatoculturaalcazar.org/tesela.html

  Por Vicente Torres Encinas. 

   Al Amigo P. Atienza y los amigos del taller de historia local de Alcázar de San Juan.

3 comentarios:

Miguel Esteban y su comarca en tiempos de Cervantes. El poder local

(PRIMERA PARTE)   J.J. Ruiz Ibañez y Oscar Morín,  forman parte de Red Columnaria, un proyecto cuyo fin es comprender el pasado de una Coron...