En abril de 1914 realizándose las obras de un pozo de servicio público en Puebla de Almoradiel, acaeció un acontecimiento casi único en La Mancha, el descubrimiento de fósiles de mamíferos.
Es cierto que ya había algunos estudios hechos a finales del siglo XIX en la zona de Ciudad Real, pero en la Mancha nuestra, Alcazar-Quintanar, fue un acontecimiento importantísimo pues aunque se habla de restos en Puebla Almenara. Éstos, nunca fueron analizados ni localizados.
Nuestras tierras no son las más propicias para la conservación de fósiles, sólo en las zonas de la Sierra de Altamira; desde Mota del Cuervo hacia Campo de Criptana podemos encontrar algunos fósiles datados del triásico, suelen ser los comunmente llamados "orejas de frailes", caracolas o moluscos bivalbos. Todos ellos marinos, pues no hay que olvidar, que nuestra región, fue un inmenso mar cuyos límites serían las sierras de Cuenca y de Madrid, un mar cretácico que existió entre los 145.000.000 a los 65.000.000 de años antes de nuestra era.
Sucesivas evoluciones de la corteza terrestre fueron dando forma a nuestro actual paisaje, por ejemplo, en el siglo XVIII se habla de El Botar como un antiguo río que en época de lluvias une a Quintanar con Quero pasando por Miguel Esteban, la Cañada El Botar, y que en más de una vez ha inundado la villa de Quero en el siglo XX y XXI, se dice, que era o un antiguo afluente del Cigüela o el propio río que fue poco a poco derivando hacia el actual cauce.
Si bien es cierto que en 1914 el periódico sólo se habla de una especie, el Hiparion, no menos cierto es que cuando se publique el estudio completo en 1921 y los fósiles hayan sido analizados, aparecen nuevos ejemplares;

Hyaena Eximia, Roth et Wag. conocida como hiena.

Gazella desperdita Gerv. de la que se conservan varios fragmentos de mandíbula de este yacimiento.
Algunos restos encontrados pueden ser considerados de aves y huevos de éstas, pero su mal estado no deja una certeza absoluta.
Estos fósiles son considerados miocénicos, es decir con una antigüedad de entre 25.000.000 de años y 5.000.000 de años y están depositados en el Museo de Ciencias de Madrid.
Lo importante del hallazgo es que nos dejó restos de algunos de los animales que trotaron en estas tierras y que hoy no existen.
El trabajo que realizó Eduardo Hernández Pacheco sobre este yacimiento, no sólo se centra en los huesos, analiza el clima, vegetación, suelos, visita pueblos comarcanos, fotografía algunos lugares de Puebla y relata las peripecias que algunos puebleños realizaron para que se pudieran recoger el mayor número de fósiles posibles, pues o bien se los llevaban a casa los vecinos, o se machacaron para arreglar caminos al no darles la importancia debida.
Para aquellos que queráis ver el escrito original os dejo el enlace con la biblioteca del CSIC, donde encontraréis el libro del profesor Eduardo Hernández Pacheco.
Un buen artículo en un campo de la Historia al que no solemos hacerle mucho caso. Como siempre, nos abres nuevos caminos para seguir aprendiendo. Enhorabuena Vicente!
ResponderEliminarGracias amigo. El próximo será sobre Miguel Esteban. Seguro que disfrutamos todos.
ResponderEliminarMe parece estar viviendo aquella época. Una buena retrospectiva que nos hace amar la historia. Muchas gracias Vicente!!
ResponderEliminarGracias a ti
EliminarGracias Vicente por el sorprendente e interesante artículo.
ResponderEliminargracias a ti por leer el blog
EliminarGracias por todos esos documentos tan interesantes. Con ellos animas a los migueletes investigadores a sentirse partícipes de este territorio donde vivimos.
ResponderEliminarGracias Antonio.
ResponderEliminar